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Estudiar en el extranjero puede ser una de las experiencias más emocionantes de tu vida. También de las más desafiantes. Si preguntas a alguien que ha pasado por esa experiencia, lo más probable es que te diga que ha sido una de las cosas que más huella le han dejado. Más que una decisión académica, es una apuesta por descubrir nuevas culturas, expandir tus horizontes y salir de tu zona de confort. Es algo que, inevitablemente, te va a transformar y va a marcar tu personalidad. Eso sí, no siempre va a ser fácil. En ocasiones, se te va a hacer cuesta arriba. Por eso, antes de tomar la decisión de irte y echar la matrícula, deberías poner en una balanza las desventajas y ventajas de estudiar en el extranjero.

Una decisión tan importante no es algo que deba tomarse a la ligera. Para ayudarte a tener una visión más clara del panorama completo, hoy queremos hacer un repaso por todos los beneficios y retos que suelen destacar aquellos que han pasado por la experiencia de estudiar (o trabajar) en el extranjero. ¿Quieres descubrir a qué te enfrentarás? 

7 ventajas de estudiar en el extranjero

7 ventajas de estudiar en el extranjero

Empecemos por el lado positivo. Vivir en otro país, ya lo imaginarás, tiene infinidad de cosas buenas. Las historias de quienes lo han vivido coinciden: cambia el modo en que ves (y encaras) la vida, te reta y te prepara para un futuro lleno de posibilidades. Las ventajas de estudiar en el extranjero van mucho más allá de los logros académicos, casi todas ellas tienen más que ver con el lado personal. Aunque hay muchas y para cada persona pueden ser diferentes, veamos algunas de las más destacadas.

1. Tendrás una experiencia cultural enriquecedora

¿Habrá algo más enriquecedor que conocer nuevas culturas? Una de las ventajas de estudiar en el extranjero es que vivirás y respirarás otra cultura. Al mudarte a cualquiera de los destinos más populares para estudiar fuera, aprenderás mucho sobre sus costumbres, su historia y también la forma en la que piensan, trabajan y conectan con los demás los autóctonos. Este tipo de inmersión cultural cambiará la forma en que miras el mundo para siempre. Desarrollas una mirada más abierta, una capacidad para adaptarte rápidamente y un respeto profundo por las diferencias. 

Pero, ¿cómo ayuda esto a tu futuro profesional? Estas habilidades no se limitan al ámbito personal. Son capacidades que el mundo laboral valora cada vez más. Al final, ¿quién no querría trabajar con alguien que entiende cómo funciona el mundo más allá de sus propias fronteras?

Otra cosa que te pasará es que te descubrirás a ti mismo en contextos completamente nuevos. Vivir en otro país te obliga a enfrentarte a situaciones que jamás habrías imaginado, desde superar malentendidos culturales hasta aprender a orientarte en una ciudad que no conoces. Cada uno de estos momentos te convertirá en una persona más resiliente y segura de ti misma.

2. Aprenderás un nuevo idioma

Vivir y estudiar en otro país es, sin duda, la mejor manera de dominar un nuevo idioma. No solo se trata de asistir a clases o aprender vocabulario, sino de una inmersión total. Hablamos de usar ese idioma todos los días, en situaciones reales. ¿Qué mejor forma habría de soltarse a hablar en una lengua que no es la tuya? Y lo mejor es que no se queda solo en eso, pronto estarás pensando, soñando y, sí, quizás incluso discutiendo en tu nuevo idioma.

Además de las ventajas que tiene ya de por sí dominar un idioma que no es el tuyo, también te abrirá puertas en el mundo profesional. Las empresas con operaciones universales buscan empleados que puedan comunicarse con clientes y colegas en diferentes idiomas. Dominar un segundo o incluso un tercer idioma te hace destacar en un mercado laboral competitivo.

Por ejemplo, si estudias en Francia, no solo mejorarás tu francés, también tendrás acceso a mercados francófonos en África, Europa y Canadá. Lo mismo sucede con el inglés si estudias en Reino Unido, Australia o Estados Unidos.

3. Recibirás una educación de calidad en instituciones prestigiosas

Pasarás de soñar con estar en el campus de las universidades más prestigiosas del planeta a sentarte en sus aulas. Asistirás a clase en instituciones que lideran en innovación y excelencia académica. En las que, además, podrás asistir a conferencias con expertos y tendrás a tu disposición laboratorios, proyectos internacionales.

Imagina lo bien que quedaría en tu currículum un título de instituciones como el MIT, la Universidad de Toronto o la Universidad Técnica de Múnich. Eso te abriría las puertas en prácticamente cualquier parte del mundo. Además, muchas de estas universidades tienen acuerdos con empresas de todo el mundo que permiten a los estudiantes participar en proyectos reales antes de graduarse.

4. Un plus en crecimiento personal y desarrollo de habilidades

Cuando decides estudiar en el extranjero, no solo estás invirtiendo en una educación académica, también estás apostando por ti. Al aterrizar, te enfrentarás a desafíos como tener que adaptarte a un entorno desconocido, gestionar tus finanzas o construir una nueva red social en otro país. Todas esas experiencias te ayudarán a crecer de maneras que ni siquiera imaginabas. Estas vivencias te hacen más independiente, resiliente y capaz de tomar decisiones en situaciones complejas.

Estudiar fuera también fomenta habilidades que no se enseñan en ninguna universidad. Desde aprender a negociar con un casero hasta defender tus ideas en un idioma que no es el tuyo, cada experiencia se convierte en una lección práctica. Todo esto se traduce en una ventaja real cuando das el salto al mundo laboral, donde la capacidad de resolver problemas y la autonomía son esenciales.

Además, algo mágico sucede cuando te expones a diferentes culturas: descubres nuevas formas de pensar y replanteas las tuyas. Este cambio de perspectiva te prepara para trabajar en equipos diversos y para liderar con empatía, cualidades que no solo enriquecen tu carrera, también tu vida.

cosas buenas de estudiar en otro país
Ventajas de estudiar en el extranjero @shutterstock

5. Conseguirás una red de contactos internacionales

Estudiar en el extranjero no solo te conecta con una nueva cultura, conocerás personas de todo el mundo. Imagina estar en una clase con estudiantes de diferentes países, cada uno aportando su perspectiva única. Estas conexiones no solo enriquecerán tus días en el campus, se convertirán en una red de contactos internacionales que puede ser clave en tu carrera. Las redes internacionales son cada vez más importantes en un mundo donde las fronteras laborales son cada vez más difusas.

6. Podrás trabajar mientras estudias

En muchos países, los estudiantes internacionales tienen la oportunidad de trabajar durante sus estudios. Por ejemplo, en Canadá puedes trabajar con tu visa de estudios. También Alemania, Australia y otros destinos son famosos por sus políticas laborales flexibles al respecto.

Esto no solo te ayudará a cubrir gastos, también te permitirá ganar experiencia laboral en un entorno internacional. Te beneficiará más allá de lo económico. Ayuda a enriquecer el currículum y a desarrollar habilidades prácticas que complementan tu formación académica. Además, te permite integrarte más en la cultura local, conocerás de cerca cómo se trabaja y se vive en el país.

¿Un tip para aprovechar esto? Muchas universidades tienen bolsas de trabajo para estudiantes, tendrás más fácil encontrar oportunidades relacionadas con tu campo de estudio.

7. Conocerás mundo

¿Cuántas veces has fantaseado con pasear por la Quinta Avenida de Nueva York? ¿Y por Hyde Park? Una de las ventajas más emocionantes de estudiar en el extranjero es tener la oportunidad de explorar más allá de las aulas. 

Podrás pasear por calles empedradas llenas de historia, disfrutar de festivales locales que celebran tradiciones únicas o sentarte a admirar paisajes naturales que hasta ahora solo has podido ver en fotos. Y no solo las del destino que elijas. ¿Has solicitado una visa de estudios de España? Podrás aprovechar los vuelos low cost y conocer el resto de Europa. ¿Tu visa es para estudiar en Japón? ¡Estarás a tres horas de China en avión!

5 desventajas de estudiar fuera del país

Ahora que hemos hecho un repaso por la parte bonita, debemos hablar de la cara B de estudiar en otro país. Es necesario decirlo: puede ser una etapa muy dura. Para unos más que para otros, dependerá mucho de personalidad y forma de encarar los retos. Eso sí, aunque es importante tenerlo en cuenta para no llevarse desilusiones una vez allí, no es algo que deba desanimarte. ¿Cuáles son esos retos que podrías enfrentar? 

desventajas de estudiar en el extranjero
Retos de estudiar en el extranjero @shutterstock

1. No es barato

Estudiar en el extranjero, puede ser muy, muy caro. Tendrás que preparar la cartera para hacer frente a la matrícula de la universidad o institución educativa que elijas; el alojamiento y los gastos del día a día. A eso súmale tus actividades de ocio, el seguro médico internacional y los viajes para volver a casa a ver a la familia y amigos. Los gastos se acumulan en un visto y no visto.

¿Un consejo para que tu economía no sea un impedimento? Echa un vistazo a las ayudas monetarias. Hay becas para estudiar en Estados Unidos y para muchos otros países. También hay países, como Alemania, que ofrecen educación gratuita y matriculas universitarias gratis. Otra cosa que puede aliviar la carga económica es trabajar. Te lo contactamos más arriba, muchos países, como Australia, permiten trabajar con la visa de estudiante.

2. Tendrás que adaptarte a un nuevo entorno

Mudarte a otro país significa enfrentarte a un entorno completamente nuevo. Y adaptarse no siempre es fácil. Puede que te tengas que hacer con otro idioma, costumbres y forma de vivir. Eso puede llegar a ser un poco abrumador al principio. Es normal que los primeros meses te sientas un poco perdido y extrañes la familiaridad de casa.

Para superar esta etapa (que suele ser momentánea para la mayoría), es importante estar abierto a aprender y aceptar que cometerás errores. Participar en actividades estudiantiles, buscar apoyo en otros estudiantes internacionales y establecer una rutina son cosas que pueden ayudarte a integrarte más rápido.

3. Estarás lejos de tu familia y amigos

Esto es una de las cosas que más cuesta arriba se te pueden hacer. Vivir en el extranjero implica estar lejos de casa y no todos lo llevan bien. La morriña aparece en momentos inesperados: las celebraciones que antes compartías con tu familia, las conversaciones detrás de una cerveza con tus amigos de toda la vida y hasta los pequeños detalles cotidianos que antes te daban pereza y ahora extrañas.

Por suerte, la tecnología ayuda a hacer más pequeña esta brecha. Videollamadas, redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea y servicios como los planes de Holafly Connect hacen que mantener el contacto sea más fácil que nunca. Sin embargo, es importante aceptar que la distancia será parte de la experiencia y lo mejor es aprovecharla como una oportunidad para construir nuevas relaciones y fortalecer tu independencia.

4. Te enfrentarás a barreras idiomáticas

Incluso si ya tienes cierto dominio del idioma del país al que te mudas, enfrentarte al día a día puede ser complicado. Modismos, acentos y términos específicos de la región pueden hacer que te sientas perdido en algunas situaciones. Además, usar el idioma todo el rato, tanto en clase como fuera de ella, puede resultar agotador al principio.

La clave para superar esta barrera es la práctica. Hablar con locales, participar en actividades grupales y mantener una mentalidad abierta te ayudarán a mejorar rápidamente. Recuerda que equivocarte es parte del proceso y que cada interacción te acerca un poco más a la fluidez.

5. Trámites burocráticos y administrativos

Solicitar una visa para estudiar en Chile; echar una beca para formarte en México o matricularte en cualquier universidad extranjera, es un proceso muy tedioso. Si ya los trámites en tu país de origen son estresantes, imagina en uno cuya burocracia desconoces. Además, los tiempos de espera suelen ser largos, algo que puede complicar la planificación de tu viaje.

Para minimizar estos problemas, es importante empezar los trámites con suficiente antelación y buscar asesoramiento. Las oficinas de estudiantes internacionales en las universidades suelen ofrecer apoyo en estos asuntos. Además, investigar bien los requisitos específicos del país te ayudará a evitar sorpresas de última hora. Otra cosa que puedes hacer es contratar los servicios de agencias para estudiar y trabajar en el exterior. ¡Te pondrá mucho más fáciles las cosas!

Como ves, estudiar en el extranjero tiene sus ventajas y también sus retos. Depende de ti decidir para qué lado se inclina la balanza. Si te lanzas a la aventura, no dejes de echar un vistazo a nuestros artículos sobre estudiar en el extranjero para llevarlo todo atado. ¡Suerte!

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¡Hola! Ciao! Hello! Mi nombre es Ana. Me apasiona viajar, descubrir nuevas culturas y contarlo. Hubo un tiempo en que soñaba con transformar mi pasión por los viajes y escribir en mi profesión y, ¿adivina qué? Hace más de diez años que lo conseguí. En este tiempo, he aprendido a combinar mi interés por ambas cosas para convertirlo en soluciones prácticas que ayuden a otros viajeros. Y eso es, precisamente, lo que intento hacer en Holafly: ayudarte con guías y artículos útiles para que organizar tus aventuras sea mucho más sencillo.✈️ 🌏

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